Profesor o guía
- Laverne de Lioncourt
- 9 oct 2021
- 2 Min. de lectura
La mayor señal de éxito para un profesor es poder decir: Los alumnos están ahora trabajando como si yo no existiera.
María Montessori
Médica, pedagoga, psiquiatra y filósofa, además de humanista, activista feminista y sufragista italiana, esta mujer que nació en el 1870 desarrollaría teorías sobre la educación que revolucionarían el mundo educativo y a día de hoy siguen siendo parte de la vanguardia docente. Pero ¿Qué quería decir exactamente con esto? ¿Debemos convertirnos los profesores en espectadores y controladores cuando se produce la magia del aprendizaje autónomo? ¿Es entonces el aprendizaje autónomo el fin último de la educación y el culmen de la didáctica?
Desde mi experiencia y punto de vista, llegar al ambiente de estudio más alto es esto, el que el alumno sea capaz de aprender por si mismo mientras el docente supervisa y ayuda a quien lo necesite, puesto que el aprendizaje se dará con todo lo que previamente haya desarrollado el docente o el equipo docente. Pero no creo que deba ser el fin último o la mayor señal de éxito, sino un momento más que sumar a una experiencia de aprendizaje positiva.
Hay muchos otros autores de La Escuela Nueva que no son tan nuevos, pero que a pesar de ello se les llama así que ponen la semilla en este tipo de enseñanza, partiendo de métodos sencillos e intuitivos para el alumnado y que dependen de docentes que estén en constante formación, sobre todo a nivel didáctico como Dewey, Freinet o el Movimento di Cooperazione Educativa Italiano. Estos funcionan, al igual que el método Montessori, con el aprendizaje por descubrimiento. Evidentemente, estos métodos aportan al alumnado un extra de motivación y éxito, porque convierte a los alumnos en protagonistas de su aprendizaje.
¿Y como usar esto en ELE? Nada es imposible, trasladar los métodos didácticos de unos contextos educativos a otros no es imposible, pero si laborioso.
Utilizando materiales reales, tareas reales y dando objetivos a nuestros alumnos acordes con sus intereses y sus capacidades y dejando que ellos mismos desarrollen tareas motivadoras. Así pues nuestra tarea será poner nuestras cabezas a trabajar en actividades y tareas dignas de nuestro mejor público, nuestros alumnos.

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